-
¿Y ahora qué?
-
¿Qué quieres decir?
-
¿Qué piensas hacer?
-
Vivir. Creo que es una buena opción. Seguir
adelante.
-
¿Estás bien?
-
Claramente no.
-
Tienes que ser fuerte.
- Jamás pude ser tan fuerte como tú.
- Ahora tienes que serlo. Tienes que levantarte y
seguir adelante. ¿Qué? ¿El puede arruinar tu vida? Jamás pensé que serías tan
débil.
-
Siempre he sido débil cariño mío, solo que tu no
te dabas cuenta. Siempre mostré mi fortaleza, porque de otra forma era
vulnerable ante los demás. Pero ya no aguanto más. No puedo seguir con esto.
-
Puedes.
-
No puedo.
-
Supongo que ahora te costará el triple
levantarte.
-
Supones mal. Ahora no pienso levantarme. No
tengo ganas de seguir luchando. Jugué y perdí. Tan simple como eso.
-
¿Te vas a dar por vencida así de rápido?
-
No hay nada más que hacer.
-
Conmigo no fue así.
-
Y mira como terminamos.
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